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LA COMUNIDAD LGTBI: ¿NUEVOS ACTORES EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES?

Por Andrea Merino

En los últimos años, el movimiento de lesbianas, gay, bisexuales, trans e intersex (en adelante LGBTI) ha tomado un marcado protagonismo a nivel internacional constituyéndose en una muy bien ordenada red que hace oír su voz y manifiesta una plataforma reivindicativa en los principales organismos internacionales.

Con este escrito intento explorar si el movimiento LGBTI se está constituyendo en un nuevo actor de las relaciones internacionales o si aún es muy prematuro para afirmarlo.

Intentaré mostrar algunas características por las cuales puede considerarse un actor de las relaciones internacionales así como una observación muy preliminar de sus actuaciones en los organismos internacionales.

Antecedentes

El movimiento LGBTI  nace en 1969 en Nueva York con la famosa marcha de Stonewall, el cual fue el primer momento en la historia que esta comunidad se reveló frente a la discriminación y violencia que por años habían tenido que soportar por su preferencia sexual.

Y aunque fue un movimiento que comenzó en Estados Unidos no tardó mucho tiempo en expandirse alrededor del mundo. Al paso de esto, cada año este movimiento ha comenzado a ser cada vez más y más fuerte, tomar relevancia dentro de la sociedad y dentro de la comunidad internacional.

Después de muchos años de lucha, no es sino hasta 2011 que comienzan a reconocerse sus derechos, por las Naciones Unidas quienes posteriormente aprueban una resolución en el Consejo de Derechos Humanos el 26 de septiembre de 2014, con el fin de combatir la violencia y la discriminación por orientación sexual e identidad de género, lo cual representa un logro muy importante para la defensa de los principios de la Declaración de Derechos Humanos.

La ampliación de los derechos de la comunidad LGBTI ha tenido un gran impacto global que desglosa una nueva era no solo de respeto e igualdad para la comunidad, sino que también un nuevo reto en el ámbito internacional y particularmente en las áreas jurídico y constitucional de cada Estado, quienes no pueden continuar ignorando estos derechos y cooperar a que se forje una sociedad comprensiva, diversa e inclusiva.

A la fecha la comunidad LGBTI ha tenido grandes logros dentro de los cuales se destacan el hecho que este tema ya sea punto de agenda y debate en foros internacionales así como también el reconocimiento que muchos Estados han hecho de sus derechos combatiendo la discriminación,  promoviendo y aceptando el matrimonio igualitario, la adopción para parejas del mismo sexo, reconociendo la autodeterminación del género a las personas transgénero, para acceder a la modificación legal de su identidad (nombre y sexo) en sus documentos oficiales.

Poco a poco la comunidad internacional ha iniciado un proceso de información, comprensión y aceptación de las legítimas demandas de este movimiento, con lo cual han ido ganando espacios para seguir defendiendo sus derechos y lograr un completo reconocimiento internacional de esta comunidad.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha contribuido a que la comunidad LGTBI logre sus objetivos; tal es el caso de lo realizado al interior del  Consejo Económico y Social (ECOSOC) encargado de la obtención del estatus consultivo por parte de organizaciones LGBTI y el Consejo de Derechos Humanos el cual facilita herramientas, informes,discursos y declaraciones, hojas informativas y un foro para que se haga la Revisión Periódica Universal.

Todo esto en fin de que los Estados se comprometan de manera voluntaria a tomar medidas contra la violencia y discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género.    

Por otra parte tenemos también a la Organización de los Estados Americanos (OEA) la cual ha reconocido los desafíos enfrentados por las personas LGBTI y la violencia realizada en su contra en América Latina, a través de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ( CIDH ).

La CIDH por medio de sus informes ha instado a los países miembros a que de manera estadística brinden información sobre la violencia basada en la orientación sexual y la identidad de género, para desarrollar políticas que protejan los derechos de las personas LGBTI.

Todo lo que hablamos hasta el momento es tan solo el inicio  de una igualdad completa de sus derechos, pues no solo podemos pensar en la no discriminación, el matrimonio igualitario, la familia y todo lo que esto deriva.

Más allá de los avances en formal legal, la homofobia sociocultural parece dar respaldo a políticas no explícitas pero cómplices de la represión a lo diferente.

Debemos pensar en plenos derechos de libertad e igualdad, sin importar preferencias sexuales.

Que esto no se vuelva solo un trabajo de enseñar a las familias y a las personas que conforman la sociedad a no discriminar, aceptar y respetar, sino más bien ampliar este objetivo a que los Estados integren a cada persona con sus talentos y vocaciones al desarrollo de sus anhelos deportivos, artísticos, tecnológicos, científicos, políticos y sociales.

Todo esto lo podemos ver reflejado dentro de los Principios de  Yogyakarta los  cuales fueron elaborados por una Comisión Internacional de Juristas y el Servicio Internacional para los Derechos Humanos, en nombre de una coalición de organizaciones de derechos humanos de todo el mundo.

Son 29 principios que ofrecen una forma de aplicación de normas de derechos humanos con relación a la orientación sexual e identidad de género, así como también provee detalladas recomendaciones para los Estados, organizaciones, medios de comunicación, agencias públicas y privadas con el fin de asegurar el cumplimiento y el respeto de los derechos humanos de todas las personas.

No entraré en detalle de cada uno de estos principios pero sí cabe destacar que estos detallan derechos a La vida, salud, educación, trabajo, a formar una familia, a promover sus derechos, entre otros. 

Estos principios son un  referente para que la sociedad internacional trabaje en conjunto para que este  nuevo actor internacional alcance sus objetivos y disfrute plenamente sus derechos.

Planteado esto podemos preguntarnos si la sociedad internacional está preparada para lo que este actor pretende obtener más allá de un reconocimiento de sus derechos a nivel internacional hablamos de una inclusión como actores políticos o como representantes internacionales.  

¿La comunidad internacional se encuentra lista para que las personas LGBTI sean incluidos sin prejuicios ni diferencias?

Responder esta pregunta se vuelve difícil y confuso, debido a que aún en muchos Estados este tema continúa siendo un tabú, por cuestiones sociales, culturales y religiosas.

Pero con los avances este actor internacional está cada vez tomado voz a nivel internacional, por lo que, aunque aún se encuentre en proceso de hacer cumplir plenamente sus objetivos, estos están a la vez más cerca y más lejos.

Tomando en cuenta que ahora tienen la oportunidad de expresarse a través de organismos internacionales, lo vuelve un actor plenamente competente para seguir luchando por sus objetivos hasta alcanzarlos.

A manera de conclusión me permito apuntar que la comunidad LGBTI, ha tenido un crecimiento paulatino dentro de la sociedad internacional.

Pese a ello, ya ha logrado posicionarse como un actor internacional por sus marcados esfuerzos, logrando un progreso y protección de sus derechos a través de resoluciones, procedimientos y declaraciones, por una gran  cantidad de Estados, así como de las Organizaciones Internacionales.