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SAVE THE CHILDREN, EGLANTANYE JEBB Y SU PAPEL EN LA DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL NIÑO

Por María Fernanda Martínez

El siglo XIX fue un período lleno de desafíos que señalaron el paso para que la comunidad internacional dirigiera sus fuerzas hacia el reconocimiento de los derechos humanos y girara por completo la tendencia de separar los aspectos económicos o políticos de lo social. 

En este período podemos encuadrar la vida de Eglantyne Jebb que no solo fue fundadora de Save the Children, organización que se convirtió en uno de los  pilares más importantes en la defensa y cuidado de los derechos de los niños sino que también fue la escritora de la Declaración de Ginebra de 1924, precursora de la Declaración Universal de los Derechos del Niño. 

Eglantyne Jebb fue una mujer inglesa, nacida en 1876. Estudió Historia en Oxford, y luego se formó para ser maestra en Stockwell Training College de Londres. Su primera misión en el campo humanitario fue en 1913, en los Balcanes en apoyo al Fondo de Ayuda Macedonio, de Londres. 

El contexto de la guerra había dejado a una multitud de refugiados desplazados; niños separados de sus padres que formaban largas colas para obtener la sopa de la cantina móvil de la cual ella formó parte, experiencia que jamás olvido. 

Posterior a la Guerra de los Balcanes en 1913, el escenario internacional se vio alterado con el estallido de la Primera Guerra Mundial, que fue cubierto por todos los medios de comunicación, “Los periódicos -escribe a su hermana menor- van llenos de titulares sobre las batallas; pero, ¿cuántos, en Inglaterra, saben qué está pasando con los niños?”.

Durante la guerra ella publicó su propio periódico que tenía extractos de toda la prensa europea incluida la alemana y austriaca e informes de la Cruz Roja Internacional. Fue encarcelada y una vez libre viajó por toda Inglaterra al finalizar la guerra brindando ayuda humanitaria.

Es necesaria una fundación para salvar a los niños”. Frase que fue el inicio para la fundación de Save the Children, Eglantyne Jebb planteaba que la posibilidad de asegurar un  futuro caracterizado por la justicia provenía de la  protección adecuada de la infancia y la educación de la misma. El propósito de esta organización era no solo brindar una ayuda en tiempo de desastres o una ayuda temporal sino el establecimiento de un sistema perfeccionado de protección de la infancia en tiempo normal.

Inglaterra en ese momento se caracterizaba por la explotación infantil. Desde 1802 la implementación de las Factory Acts establecía que los niños menores de nueve años no podían trabajar, los de 9 a 16 años podían trabajar 12 horas al día según la Ley de fábricas de algodón. 

En 1856, la ley permitía el trabajo infantil después de los 9 años, durante 60 horas a la semana, de noche o de día. En 1901, la edad permitida para el trabajo infantil se elevó a 12 años, escenario que también se podía observar en otras partes de Europa y el mundo. 

En abril de 1919, Eglantyne Jebb estableció “Save the Children Fund”, con sede en Londres, con el objetivo de reunir fondos para enviar leche a los niños de Viena y después procurar ayudas a distintos países. 

Esta organización fue aceptada por la comunidad internacional y fue caracterizada por sus nuevas formas de publicidad lo que la llevó a ser criticada duramente por la población, nunca antes una asociación benéfica había emprendido acciones publicitarias tan grandes. 

Y para 1920 fundó Save the Children International Union, con sede en Ginebra. 
Save the Children se ganó la reputación de organización competente para llevar a cabo grandes campañas de ayuda allá donde fuera necesario. 

Pero debemos entender que la respuesta de la gente era fluctuante, cargada de sentimentalismo que acababa en los escenarios de desastres pero donde aún continuaban las dificultades: niños mal alimentados, enfermos, sin acceso a la enseñanza, y el trabajo infantil. 

Fueron estas dificultades las que la llevaron a redactar la Declaración de Ginebra o Declaración de los Derechos del Niño.

Esta Declaración, no es un instrumento diplomático sino un acto de fe.

Fue adoptada por la Alianza Internacional Save the Children y en 1924 fue adoptada por la Sociedad de Naciones, marcando un día histórico, ya que fue el primer texto internacional en la historia de los Derechos Humanos que específicamente trata sobre los Derechos de la Niñez.

La Declaración de Ginebra establece que “la humanidad debe al niño lo mejor que ésta puede darle”.

Inmediatamente después de su adopción por la Sociedad de Naciones, se tradujo a treinta idiomas y  se envió a todos los miembros de la Asamblea. Se invitó a los Estados-miembros a inspirarse en sus principios.

Actualmente Save the Children trabaja en 117 países y cuenta con 29 países miembros y la Declaración de Ginebra fue el antecedente de la Convención sobre los Derechos del Niño 1990.

(*) La autora es estudiante de relaciones internacionales y colaboradora de este Blog

Comentarios

  1. Casi mil años después y los Estados le siguen limitando a los niños su voz y su poder de decisión en factores que les afectan directamente. Hace falta trabajo qué hacer en esa dirección.

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  2. Es un aporte ilustrativo que crea conciencia de la desatención que existe en los países hacia un tema tan relevante.

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  3. Un tema muy importante hoy en día, tenemos que luchar para que los niños logren tener la voz de reclamar sus derechos. Empezamos trabajando este problema con la declaraciones en Ginebra, pero necesitamos trabajar más este fenómeno y poder luchar contra la injusticia que se hace presente a los niños.

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