REFLEXIÓN GLOBALIZADA 016

 


LA REGIÓN DE AMÉRICA LATINA EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN

Por Daniela Renee Mata Meléndez

Desde sus inicios América Latina ha sido influenciada por naciones imperiales y sometida a relaciones de dominio, siendo la última de estas la globalización. 

La época de la conquista marcó fuertemente el inicio cuando naciones como España y Portugal se apropiaron y explotaron todas las riquezas naturales que poseían las tierras latinoamericanas; los ingleses a diferencia de estas potencias una vez llegaron a territorio Norteamericano se dedicaron a colonizar aportando sus enseñanzas y costumbres.

Lo que en su momento parecía favorecer el crecimiento económico de los territorios, se tornó en sufrimiento para los indígenas al verse obligados a dejar sus tierras y sus vidas; fueron presionados a refugiarse en pequeños territorios a medida que atacaban los conquistadores y al final se volvieron esclavos del trabajo forzado, de la mano ambiciosa de los monarcas y la nueva burguesía.

El tiempo pasó hasta que la independencia estadounidense y el caos político en Europa parecía abrir una nueva era en la cual los territorios latinoamericanos también podían luchar por respirar libertad de sus conquistadores, el proceso no fue fácil y el anhelo de los pueblos no tuvo respuesta, la razón, devastación de territorios, decadencia económica y nuevas clases sociales que estaban emergiendo en las comunidades latinoamericanas, elites que buscaron acaparar la economía y la política de las jóvenes naciones.

Al comienzo del nuevo siglo surgió una visión contemporánea en la región, los Estados conformados eran dirigidos por un orden jurídico, se habían establecido sistemas políticos presidenciales y parlamentarios y se habían adquirido nuevos derechos. América Latina parecía estar edificando sobre los restos de la colonia, sin darse cuenta que en el norte estaba alimentándose y fortaleciéndose un gigante llamado capitalismo.

Este sistema que estaba implantado en Estados Unidos adquirió una capacidad tecnológica tan grande que con el apoyo de sus corporaciones extendió sus tentáculos lentamente hacia sus fronteras y sedujo a los Estados con sus innovadores productos hasta lograr adentrarse y dar paso a la “globalización”, fenómeno desconocido en ese momento para las jóvenes naciones latinoamericanas, posición que las volvió indefensas ante las tácticas comerciales y políticas de estos.

Los ideólogos consideraban que este proceso de globalizar mediante la plantación de empresas alrededor del mundo “conformaría una nueva organización de las relaciones internacionales que rompería con lo antes establecido”. 

La visión del mundo ideal que ellos plantearon, no se alejó de la realidad, Estados Unidos se había lanzado en un viaje que con el tiempo desbarató los límites establecidos por los europeos en su paso por América y comenzó a escribir una nueva historia que podía lucir fantástica al presentar un personaje que poseía todo el poder para presionar y cambiar el futuro de los antiguos reinos y las nuevas naciones.

Al estar seguros de su influencia comenzaron las operaciones directas en la región, actores desconocidos tenían otra vez el poder que tanto le había costado a los latinoamericanos; los que una vez se consideraron magnates económicos locales no pudieron desarrollarse y perecieron. 

La temida crisis se presentó y a la sociedad recientemente globalizada puso en riesgo, pero el grande de Norteamérica demostró sus facultades para sobrepasarla.

El pujante mundo político trajo consigo una nueva guerra mundial, que dejo en la miseria a las naciones europeas; pero como es conocido “donde unos ven problemas, otros ven oportunidades” Estados Unidos confiado en la posición que ocupaba les propuso a los países europeos la restauración económica conocida como “plan Marshall”, de manera superficial se podía apreciar como un gesto de cooperación internacional, sin embargo, el objetivo perseguido era sostener el mercado europeo y evitar que prevaleciera el “tan temido” comunismo.

A la llegada de los 50 con el afán de que los sistemas que cada uno defendía predominara en el globo Estados Unidos y la Unión Soviética entraron en conflicto, a diferencia de los anteriores no tenía sus raíces solamente en los antiguos imperios, las había implantado en distintas regiones del mundo como América Latina y constantemente se nutrían de diferentes áreas como la económica al fortalecer las transnacionales estadounidenses y en la política al hacer reformas al sistema, escoger líderes que bajo sus influencias ideológicas fortalecieran sus ejércitos y como “bombas de tiempo” explotaran nuevos conflictos internos.

Mientras estadounidenses y soviéticos convulsionaban comunidades, en Asia estaba sustentándose un futuro gigante; para finales del siglo XX cuando el globo aparentemente entraba en un periodo de paz, este había logrado afirmar su posición. Lamentablemente, América Latina permaneció con sus deficiencias en el desarrollo tecnológico y se vio obligada a rendirse ante la hegemonía industrial y política de los nuevos imperios.

Las naciones que soñaban con quitarse ese nombre de “tercermundista” y construir sociedades de paz y desarrollo; se despertaron un día y observaron que las promesas que sus líderes les habían hecho se convirtieron en desigualdad, inseguridad social e inestabilidad económica; que las libertades de las que se presumían en algunos Estados, en sus territorios eran mal control estatal, irregularidad en las normas económicas, poca participación democrática y dependencia.

Esto ha dado como resultado al mundo interrelacionado en el que vivimos y ha obligado a la sociedad a crear nuevos instrumentos internacionales que permitan generar de manera eficiente vínculos políticos y económicos entre los Estados y promover apoyo mutuo, que permita reducir el impacto negativo si alguno de los involucrados está en peligro y prever a la otra parte de su efecto.

Actualmente, la crisis del Covid-19 está exhibiendo las implicaciones de la globalización; logrando controlar el movimiento financiero y social de nuestros países, manifestando que sea que nos agrade o no, todos estamos conectados y dependemos los unos de los otros; también ha expuesto las flaquezas de nuestros sistemas actuales y los retos por cumplir.

América Latina ha sido blanco de los comentarios negativos a lo largo de los años causando una imagen desagradable ante la comunidad internacional; pero la realidad es que, a pesar de las deficiencias , la región a lo largo de su historia ha beneficiado a las naciones más influyentes.

Comentarios

  1. La globalización en América Latina a pesar de ser vista de buena manera, llegó a frenar el impulso que había adquirido la región para poder desarrollarse por su propia cuenta, dependiendo en gran medida de Estados Unidos.

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  2. Concuerdo con la idea de la autora en donde describe como la pandemia por el covid-19 denotó muchísimo más el hecho de que todos estamos conectados y necesitamos de los unos a los otros en emergencias como estas, sin embargo el escenario de la globalización en Latinoamérica aún persisten las consecuencias de que los beneficios en su mayor parte solo sean para sus prometedores y creadores de un mejor desarrollo.

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  3. Muy acertada la mención sobre los países tercermundistas que soñaban con que la globalización les ayudaría a construir una sociedad pacifica y desarrollada, sin embarga vemos que no fue así, la desigualdad y la inseguridad social han aumentado, se dan muchos irregularidades en los Estados y es ahí donde el supuesto desarrollo que prometía la globalización se quedo en nada más que, un sueño.

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