BLOG 006

Ilustración por la autora

(In)Seguridad Alimentaria en tiempos de COVID-19

Por María Fernanda Martínez Sánchez

Una pandemia claramente es uno de los factores que propicia la inseguridad alimentaria, pero verlo como un fenómeno transitorio que solo encaja en esta crisis de salud implicaría obviar la realidad que ha vivido América Latina durante las últimas décadas, situación que no podemos permitir ya que el acto de ignorar tal antecedente dificultará en grandes proporciones cualquier tentativa orientada a proporcionar seguridad alimentaria dentro de la pandemia o posterior a ella.

Podemos asegurar que mientras más tiempo una enfermedad permanezca y se le agreguen más condiciones favorables para su desarrollo, la transitoriedad es eliminada y nuestro resultado se vuelve un diagnóstico crónico, es decir, para el caso que nos ocupa, una crisis alimentaria.

Por supuesto que es muy apresurado asegurar que como resultado inminente de la crisis de salud tendremos una crisis alimentaria pero tampoco podemos negar que si bien no todas, pero sí una gran parte de las cartas jugadas contra la pandemia favorecen a una progresión de la inseguridad alimentaria indirectamente.

Sumemos a las cartas jugadas contra la pandemia, el contexto de desigualdad económica que caracteriza América Latina, junto con la enorme parte de la población que se encuentra en situaciones de vulnerabilidad y pobreza y tenemos como resultado el mayor impedimento para garantizar la seguridad alimentaria durante esta gran recesión económica que se avecina según los expertos.

Dieciocho y medio millones de personas en América Latina y el Caribe se encuentran con inseguridad alimentaria según la FAO.

Estos números pueden ir en aumento si los tomadores de decisión cometen los mismos errores que en la crisis alimentaria mundial del 2007.

Partiendo de lo anterior, es hora de decidir qué no se debe hacer, como tomar medidas que aíslen las distintas áreas de bienestar de la población, en este caso salud y bienestar económico, sabiendo que de una crisis económica nace la pobreza y la imposibilidad de adquirir alimentos. Dichas decisiones equilibradas son difíciles de tomar en el escenario de la gran brecha de desigualdad latinoamericana, pero no quiere decir que no se deben tomar.

Medidas de contención de la pandemia que aíslan parcialmente el bienestar económico

La pandemia ha requerido que la mayoría de Estados tomen medidas sanitarias y conforme esta avanza las estrategias se refuerzan.

Los Estados latinoamericanos no se han quedado atrás y han tomado diversas medidas de contención, que su eficacia no se pone en duda al reducir los niveles de contagio pero el efecto que produce en el bienestar económico es significativo.

Cabe recalcar la cuarentena obligatoria como medida común en la región, tomando en cuenta que reduce al mínimo la capacidad de obtención de ingresos, disminuye la actividad de la pequeña y mediana empresa, decrece el nivel de empleo asalariado y por otra parte restringe el acceso de la población a productos alimenticios.

El sector informal no se queda atrás y es donde se encuentra la población más vulnerable, aquí no solo hablamos de restricción a productos alimenticios por movilidad sino restricción de producto alimenticios por la carencia de poder adquisitivo.

El cierre total o parcial de fronteras junto con las restricciones a importaciones y exportaciones, es una de las medidas que directamente no genera afectación en los ingresos de la población, pero su efecto en la disponibilidad de alimentos y las variaciones en sus precios y contracción en la producción es innegable.

Planteado lo anterior y aclarando que son medidas eficaces para la reducción de contagios, el bienestar económico quedó en segundo plano y propicio para la inseguridad alimentaria en tiempos del COVID-19.

Resulta evidente que las decisiones tomadas por los Estados no son para agravar la situación alimentaria directamente, pero obviar de manera sistemática los posibles efectos adversos de tales decisiones son un error de gran magnitud. Así que hablamos de insatisfacción alimentaria como resultado por omisión dentro de las políticas públicas dirigidas a la pandemia.

La gravedad de este camino libre para la inseguridad alimentaria se intensifica y la probabilidad de una crisis alimentaria se agudiza. Transformar la dinámica actual contra la pandemia es la única solución para lograr satisfacer las necesidades alimentarias, por lo tanto estamos frente a la inseguridad alimentaria en tiempos de COVID-19, una enfermedad prevenible producto de otra enfermedad que fuimos incapaces de prevenir.

Lo que nos resta en adelante es tiempo y decisiones más acertadas, no se trata de elegir entre salud y economía, no debemos realizar tal carrera entre ambas, es acerca de garantizar un nivel de ingresos a la población para que su capacidad de obtener y consumir alimentos no se vea limitada por su nivel de ingresos y que cumpla con los requisitos calóricos necesarios para satisfacer las necesidades nutricionales de la población.

Para finalmente encontrar el verdadero equilibrio en medio de esta pandemia entre salud y bienestar económico. Por supuesto que no hablamos de un establecimiento de seguridad alimentaria total en medio o después de esta crisis de salud, pero si de revertir o mitigar ciertos efectos que podrían conducir a una cronicidad de la inseguridad alimentaria en América Latina.


* comentario sobre la ilustración

"Mi pintura presenta una realidad distinta a la que el observador se encuentra; mientras que mi ensayo expresa más que todo los motivos de la inseguridad alimentaria y menciona de manera literal la palabra 'inseguridad alimentaria', la realidad de mi pintura es otra, presenta de manera utópica una total seguridad alimentaria"

Comentarios

  1. Me parece importante que no se deje de mencionar el punto de tu artículo cada vez que se puede. Tener que elegir entre salud y economía es una falsa dicotomía, que lo único que hace es retrasar u ocultar los mismos efectos: muerte, enfermedad, miseria. Ahora bien la pregunta que surge una vez planteado lo anterior es: ¿Cómo se alcanza el equilibrio entre salud y bienestar económico? La respuesta tal vez podríamos encontrarla en los factores comunes de los casos de éxito en el mundo (si es que los hubiesen). Una idea para tu próxima publicación.

    ResponderBorrar
  2. Muy bueno, es muy amplio, me gusta el tema, el panorama de esta problemática que inminentemente está creciendo a raíz de la pandemia y de los actores de las medidas tomadas para su contención, es para reflexionar.

    ResponderBorrar
  3. Muy bueno, se deben hacer nuevas reformas para los sectores agrícolas. Además, garantizar el acceso a canastas básicas en las regiones más pobres de cada país en latinoamerica.

    ResponderBorrar
  4. Me parece muy acertada la forma en que sugiere que exista un accionar para solucionar la problemáticas alimentaria en latinoamerica, también el como plantea la serie de consecuencias que tiene la desnutrición en el desarrollo de las personas y el empeoramiento de la problematica con situaciones como el covid-19.

    ResponderBorrar
  5. interesante ensayo, y la realidad de latinoamerica, ver de que manera no caer en una crisis económica, cuando nos descuidamos también sobre la mano humana para echar andar la economía, todo va en cadena y sin una alimentación adecuada la población mas vulnerable a poder adquirir ingresos se vera gravemente afectada. Ya que no solo personas de altos cargos trabajan para mejorar la economía, al final todos nos necesitamos mutuamente.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

LO MÁS VISTO

BLOG 110