REFLEXIONES GLOBALIZADAS 04

 



LA REGIÓN DE AMÉRICA LATINA EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN

Alejandra María Anchetta Morán

Es importante conocer sobre que es la globalización. 

Es un proceso económico, tecnológico, político, social, empresarial y cultural  a escala mundial, consiste en la creciente comunicación e interdependencia  entre los distintos países del mundo  uniendo sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. 

La globalización a menudo identifica un proceso dinámico  producido principalmente por la sociedad, y que han abierto sus puertas a la revolución informática, llegando a un nivel considerable de liberación  y democratización  en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus relaciones nacionales e internacionales

La globalización aplica soluciones realistas, serias y concretas para afrontar los retos que nos impone la economía global. 

Se ha olvidado del individuo, de sus diferencias y de su identidad, imponiendo una dinámica en las sociedades modernas que afecta a las minorías, a las pequeñas etnias y a las sociedades pequeñas. 

El triunfo del sistema capitalista, y sobre todo del capital financiero, se ha olvidado de los patrones culturales, de las tradiciones, y nos ha impuesto un ritmo de vida diferente al que estábamos acostumbrados anteriormente.

La globalización ofrece oportunidades de alcanzar un desarrollo mundial, pero no ha avanzado de manera uniforme. Algunos países se están integrando a la economía mundial con mayor rapidez que otros, lo que permite observar cómo los países avanzados están dominando a los que se encuentran en desarrollo.

Las crisis desencadenadas en los mercados emergentes en los años noventa han mostrado que las oportunidades que ofrece la globalización tienen como contrapartida el riesgo de la volatilidad de los flujos de capital y el riesgo del deterioro de la situación social, económica y ambiental como consecuencia de la pobreza.

América Latina es parte del sistema mundial. Así pues, cuando hablamos de un sistema, nos estamos remitiendo a un conjunto de unidades que están articuladas y que se interrelacionan, ya sea estableciéndose relaciones de dominio, de subordinación o simetrías. 

Todo lo que sucede en éste incide y afecta de manera directa e indirecta, positiva y negativamente a la subregión y a cada uno de los países de la misma, pero vale precisar que la asimilación de los cambios o el rechazo de los mismos dependen de su fortaleza económica y política. América Latina se considera que está tomando partida del mundo desarrollado a raíz de la globalización.

Su fase actual presenta características comunes con etapas previas, pero también elementos diferentes: el acceso masivo a la información en tiempo real; la planeación global de la producción de las empresas transnacionales; la extensión del libre comercio, aún limitado por múltiples formas de proteccionismo en el mundo industrializado; la contradictoria combinación de una elevada movilidad de los capitales y fuertes restricciones a la migración laboral; la evidencia de una creciente vulnerabilidad e interdependencia ambientales, y una inédita tendencia a la homogenización institucional.

Sin embargo, esta homogenización de las reglas es sesgada, debido a que únicamente los actores internacionales más poderosos han logrado imponer sus intereses.

También se ha venido dando una lucha de la sociedad civil internacional por los derechos humanos, la equidad social, la igualdad de género, la protección del medio ambiente y, más recientemente, la globalización de la solidaridad y el derecho a ser diferente. 

Frente a la fuerza de estos procesos, la ausencia de una verdadera internacionalización de la política es, sin duda, la principal paradoja que caracteriza al actual proceso de globalización. 

El contraste entre problemas mundiales y procesos políticos nacionales se ha venido traduciendo en un déficit de gobernabilidad global, acentuando las tensiones entre las oportunidades y riesgos que conlleva la globalización.

Los desafíos que presenta la globalización a las formas de representación política y cultural pueden abordarse desde la región al potenciar su construcción de manera flexible. 

Gran parte del éxito de una organización regional se basa en adoptar una fórmula de exacta adecuación de las partes con el todo, un equilibrio que no confronte las unidades autónomas ni las diluya. Las interacciones horizontales entre regiones políticas pueden convertirse en una herramienta efectiva para dar mayor gobernanza en la arena global.

La exclusión es un producto de la globalización y ha alcanzado volúmenes calamitosos en América Latina y el Caribe, afecta primariamente a los grupos indígenas, a los grupos de linaje africano, a las mujeres, a las personas con discapacidad y/o a las personas en pobreza crítica. 

Es la expresión más notoria de la discriminación en todas sus fases. La exclusión social dificulta el camino en algunas personas para acceder a trabajos formales, vivienda digna, servicios de salud adecuados, educación de calidad y al sistema de justicia.

El proceso de globalización influye de diferentes maneras, tanto en los países avanzados, como en los que están en desarrollo: los países desarrollados se ven constreñidos económicamente a elegir entre desempleos con alzas normales de seguridad social, de la calidad de servicios públicos y salarios reales altos, y empleos con bajos salarios y pobres servicios públicos, como la educación y los de asistencia médica.

Los efectos de la globalización son positivos y negativos. Éstos dependieron y dependen tanto de la forma en que las empresas corporativas estadounidenses y las de otros países se insertaron en nuestra región y de las facilidades o dificultades que encontraron en los Estados nacionales para establecerse, desarrollarse y consolidarse.

Se dio un mayor crecimiento económico y un escaso desarrollo social, lo que redundó en el fortalecimiento de los sectores económicos más rentables para las empresas trasnacionales, cuyas utilidades, en su mayor parte, se expatriaron y las restantes incentivaron el empleo en esos sectores.

Si la globalización impulsó de algún modo el incremento del patrimonio social regional, los efectos negativos de la misma hicieron que éste fuese a nutrir el ya abultado patrimonio de los sectores privilegiados y, por tanto, la pobreza fue expandiéndose entre las capas más vulnerables de la población. Debido a la promoción del dominio de los países centro con respecto a los periféricos, sin integración de esfuerzos para alcanzar el bien colectivo.

* La autora es estudiante de relaciones internacionales    

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