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Por Jessie Gabriela Rivas
El propósito principal de este escrito es abordar de manera generalizada algunos de los proyectos interoceánicos en el continente Americano, que indican un panorama nuevo en actores mas no en acciones.
Se observa el intervencionismo siendo usado por los actores relativamente nuevos en Latinoamérica, que llevan a una competencia indirecta entre proyectos interoceánicos masivos y una amenaza directa al liderazgo del Canal de Panamá como única ruta segura y eficiente para el transporte de mercancías en Latinoamérica desde el Océano Atlántico al Océano Pacífico y viceversa.
Los planes encaminados a la unión de los océanos parece una idea sencilla: la construcción de canales húmedos con la unión de aguas o corredores secos, es decir vías ferroviarias, carreteras y ductos que transportan gas o petróleo; ayudando a mejorar las economías internas de los países.
Al analizar la importancia geopolítica de la región latinoamericana se debe mencionar la creciente demanda internacional de materias primas generada por el ascenso de China como potencia, además de ser una nación altamente consumidora de materias primas es exportadora de productos.
China logró modificar los términos de intercambio y de los beneficios para las relaciones bilaterales en materia comercial con algunos países, por otro lado Latinoamérica es una gran región susceptible a través de la intervención directa o indirecta; por ejemplo la intervención en Panamá primero por Francia pero tras su fracaso, Estados Unidos retoma y concluye el proyecto del Canal de Panamá.
Una de las rutas económicas de vía fluvial de gran calado era el proyecto del Canal de Nicaragua. La compañía China responsable del proyecto, HKND, proponía la construcción de puertos, una ciudadela para gestiones financieras y centro de logística, y un aeropuerto.
Era claro que las afinidades ideológicas de ambos gobiernos ayudó mucho a la marcha del proyecto en su momento; pero la crisis bursátil China de 2015-2016 hizo que la inversión decayera y el proyecto fue anunciado en 2018 como cancelado.
A pesar del fracaso del proyecto cabe recalcar el gran interés de China por ser parte de la construcción teniendo en cuenta el abultado costo del proyecto.
Otro proyecto similar a la propuesta de Nicaragua es el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec en México que consiste en un sistema logístico optimizado para el movimiento de carga pesada a través de carretera, ductos y una ferrovía.
Con este plan se pretende la unión del puerto Salina Cruz en el Océano Pacifico y el puerto Coatzacalcos en el Océano Atlántico. Los principales clientes de esta ruta serian Estados Unidos, Asia, Europa y Sur América.
Sin duda alguna toda la zona del istmo seria beneficiada con la creación de industrias a lo largo del tramo. Se ha manifestado que la inversión es privada y el proyecto esta cargo del gobierno.
Estos dos proyectos son una clara manifestación del crecimiento y expansión del comercio internacional que también propició la construcción y proliferación de grandes tanqueros y cargueros portacontenedores que suponen un reto para los nuevos proyectos.
Sin embargo, en el Continente Americano cuando se trata de transportar mercancías entre Asia y Europa, ningún canal seco ni húmedo como el de Panamá o el posible canal interoceánico de Colombia, puede competir en tiempo o en costos con la alternativa de atravesar Estados Unidos por tierra; pero China depende fuertemente de sus compras externas: importa 30% del petróleo que consume, 45% del mineral de hierro, 44% de otros metales no ferrosos y una proporción elevada de productos agrícolas.
Por lo tanto, Latinoamérica particularmente Brasil le resulta atractivo a China como un foco de extracción de materias primas por ser una región rica en recursos naturales; pero la vulnerabilidad de hacer pasar sus productos por territorio estadounidense impulsa aún más a China para buscar alternativas.
Lo interesante del análisis de los proyectos es identificar el origen de la inversión, donde se puede observar que la mayor parte de estas son privadas; lo cual lleva a varias conclusiones, primero Latinoamérica por su ubicación en el globo tiene puntos claves y estratégicos para el comercio mundial atrayendo a grandes inversores.
Segundo es un potencial y gran mercado altamente consumista, tercero es una zona históricamente influenciada por las grandes economías, con un intervencionismo claro en toda la región del “Patio trasero de América“ y actualmente por las multinacionales.
Superficialmente resulta provechoso que el comercio mundial aumente su densidad de transito lo que requiere nuevas alternativas para la realización de conexiones más eficientes entre productor y mercado, considerándose la rapidez y capacidad las nuevas características a superar para convertir cualquier canal en Latinoamérica con mayor tránsito y por ende con más ganancias.
Sin embargo pese a los pensamientos más optimistas, el comercio entre el gigante asiático y Latinoamérica está lejos de constituir un ejemplo de cooperación equitativa.
Por el contrario, reproduce el típico esquema Norte-Sur consolidando la dependencia y la primarización de las economías externas.
Los ejemplos de Panamá (antes de tener el control del canal) y México demuestran que la intervención en las políticas económicas de cada país pueden alterar la situación o profundizarla la dependencia.
Considero que las personas responsables de las políticas económicas en Latinoamérica no han prestado suficiente atención a las posibilidades que ofrecen los recursos naturales para la generación de riqueza e innovación tecnológica de manera sostenible, entre otros servicios.
Las actividades basadas en los recursos naturales tienen tanto potencial como la industria manufacturera para originar un alto crecimiento de la productividad, inversión tecnológica.
Por tanto la creación de nuevos canales no debería generar recelo entre naciones vecinas, por el contrario es un claro indicador del creciente interés sobre Latinoamérica y sin duda alguna es una obligación como latinoamericanos auto gestionar nuestra región.
Fotografía por Martin Damboldt en Pexels
Es preocupante e interesante el papel que esta jugando América Latina en términos de geopolitica por parte de dos potencias centrales como: República Popular China y Estados Unidos en la construcción de nuevos proyectos comerciales y económicos por empresas transnacionales . Sin duda alguna es una buena oportunidad para e desarrollo de la región, pero es vital el papel de los organismos internacionales como: OEA,ONU y OIT en el respeto y cumplimiento de las Convenciones Internacionales suscritas por los estados, acompañado del cumplimiento de os principios que priman en la Organización de Naciones Unidas.
ResponderBorrarJessie proyecta claramente el rol de "peón" que los países latinoamericanos desempeñamos, comúnmente, en términos de cooperación. No logramos potenciar las grandes capacidades que tenemos como región, se enfrascan en el "recelo" tal como se menciona. Se debe de tener más en cuenta nuestras ventajas estratégicas y potenciarlas.
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