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ELECCIONES EN EL CARIBE: BUSINESS AS USUAL!
Por César Edgardo Martínez Flores(*)
La política exterior en el Caribe gira en torno a dos centros de gravedad: Jamaica, al noroeste, y Trinidad y Tobago, al sureste.
Me refiero al Caribe anglófono.
La concesión de esos títulos fácticos de centros de atracción tiene fundamentalmente una razón de ser: son las islas más grandes del caribe anglófono y por lo tanto, las que tienen mejores posibilidades de desarrollo a partir de su población y de sus recursos naturales.
Adicionalmente a ello, geográficamente están ubicadas en los extremos de esa pléyade de islas y otros territorios insulares que conforman la región caribeña. Y por lo tanto, un caribeño que decide migrar entre las islas concluirá su periplo en Jamaica o en Trinidad y Tobago, dependiendo de hacia donde lo guíe su sextante.
Esta separación geográfica también se ha manifestado en algunos temas delicados de los cuales se ha encargado el sistema interamericano en los últimos años. Particularmente el tema del retorno de la democracia a Venezuela, los ha ubicado a 180 grados de separación.
Mientras Jamaica se ha aliado al Grupo de Lima y otras iniciativas similares impulsadas por el panamericanismo, Trinidad y Tobago se ha alineado al latinoamericanismo vía su apoyo a las iniciativas propuestas por los países ALBA, abiertamente o mediante la “abstención” en la mayoría de los casos.
Esto último tiene una razón de ser desde el punto de vista geopolítico: Trinidad y Tobago está a escasos 11 kilómetros de las costa noreste de Venezuela y ha sido uno de los países que más fuertemente ha afrontado la crisis humanitaria del exilio de venezolanos, teniendo en consideración su extensión y capacidad logística para recibir refugiados.
Adicionalmente una serie de acuerdos comerciales con Venezuela para la explotación de recursos minerales y gasíferos, mantienen a Trinidad y Tobago en línea, por aquello de “lo pactado obliga”.
Este protagonismo inusual en política exterior, voluntaria o involuntariamente, amenazaba el horizonte de las elecciones generales en ambos países previstas para septiembre, pues tradicionalmente y comunitariamente, los países del Caribe ventilan sus temas de política exterior vía el CARICOM o el GRULAC en el Sistema de Naciones Unidas.
Y el rompimiento de esa tradición en los últimos años por estos dos referentes auguraba algún voto de castigo por parte de un electorado más preocupado por lo interno, que por lo externo.
No fue el caso.
En Jamaica el Partido Laborista de Jamaica (JLP, por sus siglas en inglés) se impuso al Partido Nacional del Pueblo (PNP), obteniendo una considerable victoria de 49 escaños por sobre 14, en una Cámara Baja compuesta por 63 curules, en las elecciones del 3 de septiembre.
Con ello, el Primer Ministro Andrew Holness asegura un nuevo mandato consecutivo, lo cual no ocurría para su partido desde 1967. En su discurso de aceptación, el Primer Ministro Holness subrayó que el pueblo decidió por “el partido que presentó el mejor programa”, aunque apenas el 37 por ciento de los convocados acudió a las urnas.
Sin embargo, es válido inferir con la afirmación del respaldo del pueblo al mejor programa, que con esta reelección/referéndum la política exterior de Holness alineada al panamericanismo continuará business as usual!
En el caso de Trinidad y Tobago, el panorama parece calcado, pero hacia el otro extremo del espectro internacional.
El Movimiento Nacional del Pueblo (PMN por sus siglas en inglés) aunque perdió un escaño, se declaró ganador de las elecciones generales ocurridas el 10 de septiembre y con ello aseguró la reelección del Primer Ministro, Keith Rowley
El PMN logró 22 escaños y el principal partido opositor, el Congreso Nacional Unido (UNC) de la ex primera ministra Kamla Persad-Bissessar, se llevó 19, lo cual deja prever un Parlamento bastante equilibrado.
Rowley coincide con Holness al afirmar que “el pueblo hace lo correcto cuando se le pide hacerlo”, según dijo en sus primeras declaraciones después del cierre de las elecciones.
Si el pueblo, entonces, hizo lo correcto cuando se le pidió, también es válido inferir que con esta reelección/referéndum la política exterior de Rowley alineada al latinoamericanismo del ALBA y a sus particulares intereses nacionales condicionados por los acuerdos comerciales firmados, continuará business as usual!
(*) El autor es el Director-Editor del Blog Reflexiones Internacionales
Me parece un artículo muy interesante, sobre la Política Exterior del Caribe Anglófono (Jamaica y Trinidad y Tobago), como éstos tienen una inclinación hacía el panamericanismo (por parte de Jamaica) y una inclinación al latinoamericanismo por parte de Trinidad y Tobago; esto claramente puede incidir a la hora de las elecciones e incluso en la Política Exterior. Estos países tienen una gran posibilidad para poder desarrollarse gracias a sus recursos naturales y a su posición geográfica.
ResponderBorrarAsí como afirma, "Business as usual" es a lo que se remite estos dos centros de gravedad caribeños, pero ¿será que siguiendo los mismos pasos lograrán resultados diferentes? ¿Se espera lograr el "caribe unificado" o "ALC unificado"? es curioso ver el contraste de posiciones entre ambos y los escasos avances en la integración como tal. A pesar de esto, espero que en el contexto post COVID-19, se logren ampliar las oportunidades estratégicas en el Caribe.
ResponderBorrar¡Muy buen artículo!
Un claro ejemplo de como el Caribe y también América Latina no puede ser una región homogénea. Por un lado, el panamericanismo y por el otro el latinoamericanismo, y es que cada región o país basa su política exterior según sus necesidades economicas o politicas, y aun con su política interna a beneficio de cada territorio. No es un tema superado, y básicamente el "Business as usual" se repite constantemente en la región.
ResponderBorrarInteresante representación entre el latinoamericanismo y el panamericanismo en el caribe, junto con el protagonismo inusual de política exterior voluntaria o involuntariamente amenazando las elecciones, es así como teniendo en cuenta el ‘’Busniess as usual’’ es lo que pone en jaque a la comunidad caribeña pese a que no ha habido un mayor progreso ojala que las nuevas condiciones políticas y sociales que vayan presentándose sea un oportunidad para un mejor progreso
ResponderBorrarUn excelente artículo que nos muestra cómo se da dos inclinaciones las cuales son el panamericanismo por parte Jamaica y el latinoamericanismo por parte de Trinidad y Tobago, lo cual refleja una gran influencia en su política externa como también en su política interna. También se toma en cuenta que el “Busniess as usual” suele mantenerse en constante con el fin de lograr mejorar la situación política y social caribeña.
ResponderBorrarLa influencia que posee la situación política de las islas del caribe, en la cual poseen un gran potencial de desarrollo económico y social, como se menciona en el "Busniess as usual" de tener una constancia de las políticas para lograr el fin de desarrollo económico, social y político, en la región caribeña teniendo en cuanta su diferencia de ideologías.
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