BLOG 023
La conmemoración del 199 aniversario de la independencia de Centroamérica me da la pauta para reflexionar en los esfuerzos integracionistas que a lo largo de la historia hemos experimentado y en el buen momento que atravesamos en la actualidad con las administraciones ejecutivas centroamericanas.
En el caso salvadoreño, el inicio de la actual gestión del ejecutivo coincidió con la responsabilidad de la Presidencia Pro Témpore del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), junio-diciembre de 2019, lo cual no siempre es el mejor escenario, pues hay un divorcio entre la intención y la ejecución. Siempre.
Sin embargo, puede desprenderse de las intervenciones realizadas en su momento, que la PPT salvadoreña concibió el proceso integracionista como uno en el que además del discurso y el acuerdo, avance concretamente y fortalezca los procesos de integración que históricamente han estado allí pero que no hemos logrado apuntalar por diversas razones que no viene al caso mencionar.
Me parece que algunas buenas propuestas integracionistas de avance concreto y sustantivo, tanto en la PPT salvadoreña como posteriormente, tuvieron que dilatarse debido a esta pandemia que aún estamos combatiendo, pero que ahora, iniciando el retorno a la nueva normalidad observo indicios de apuntalar con mayor ahínco.
Hagamos un poco de memoria.
En enero de este año, el Presidente de Guatemala, Don Alejandro Giammattei, y el Presidente de El Salvador acordaron acciones concretas, proyectos sustantivos para avanzar en la unión de ambos países.
Para muestra un botón. Ese acercamiento estipuló eliminar en cuestión de semanas los controles fronterizos tanto de personas como de mercancías, y lejos de temer que esta acción promovería la migración indocumentada, se declaró oficialmente que generaría el efecto contrario: condiciones de prosperidad para que la gente no corra el riesgo de abandonar sus países de origen.
Pero las señales de “avance” no terminan allí. Acordaron asimismo que los vuelos entre los dos países (Guatemala y El Salvador) pasarían a considerarse "domésticos" y no internacionales.
Por si fuera poco, inspirados por el espíritu de una integración real, Guatemala ofreció a El Salvador una salida al Atlántico mediante la concesión de un puerto en una alianza público-privada, con lo cual ambos países se beneficiarán por toda la inversión que implicaría y los empleos que podría generar, pues incluye aún la posibilidad de solicitar al Banco Centroamericano de Integración Centroamericana (BCIE) la financiación para la construcción de un sistema de trenes de manera conjunta.
Diría yo, una visión de integración al margen del sistema de integración. Pero integración al final de cuentas. E integración concreta.
Ocurre la pandemia. El lockdown mundial. Y curiosamente, con la vuelta a la nueva normalidad, no sé si a propósito o no, el mes de la independencia centroamericana inicia con otra acción concreta de integración.
El Salvador y Costa Rica suscribieron un Memorándum de Entendimiento para la implementación del transporte marítimo de corta distancia entre el Puerto de La Unión y Puerto Caldera, el cual será vital para el intercambio comercial de la región.
Modalidad de transporte multimodal muy común en el este del Caribe y como muy buenos réditos en el comercio, la interconectividad y el transporte de personas.
Esta acción concreta de integración, entre El Salvador y Costa Rica, le abre las puertas a ambos países a nuevos mercados y le brinda a sus sectores empresariales mayores oportunidades para la muy necesaria reconstrucción de la prosperidad en la región.
Uno de los principales objetivos de esta acción integracionista, también iniciada en la era pre COVID-19, es constituir rutas marítimas eficientes que permitan promover el comercio y la atracción de inversiones.
La acción es por demás estratégica, pues luego de este encierro sanitario, es urgente concretar proyectos viables que crearán miles de empleos y mejorarán la competitividad del país, haciéndolo más atractivo para las inversiones.
Conscientes o inconscientemente los gobiernos de la región están estrechando las relaciones entre sí e integrando esfuerzos que abonen al desarrollo económico y social de Centroamérica. Y tengo mis reservas si estos avances hubieran podido ocurrir de haber figurado en un documento oficial como parte de un plan particular propuesto por una presidencia por témpore de turno.
Estamos pues entonces ante una integración no a la usanza tradicional, como quizá se ha acostumbrado, sino de una manera que permita la implementación de acciones concretas, medibles, cuantificables.
Una integración que no se trata de generar un acervo histórico de Declaraciones y Acuerdos, sino de generar con acciones gubernamentales, directas o de facilitación al sector privado, oportunidades de empleo, de progreso y desarrollo para nuestros pueblos y naciones.
(*) El autor es el Director-Editor del Blog Reflexiones Internacionales
Es notable la manera en que los países centroamericanos están estrechando sus lazos, y como estos acuerdos al verse afectados por una crisis sanitaria mundial pasaron de ser importantes a necesarios en el desarrollo de los Estados, también deja claro que para consumar dicha integración, debemos ver mas allá de las típicas actuaciones.
ResponderBorrarTiene mucha razón, no es la forma tradicional de integración con “declaraciones y acuerdos”. Sin embargo, como ud lo afirma, son nuevas oportunidades, son acciones medibles que impulsan el desarrollo. Quisiera que en aras de una pura integración, El Salvador pudiese simpatizar más con sus otros vecinos y poder buscar áreas de apoyo, poder mantener un contacto fuera de ataques con Honduras y Nicaragua. Resaltar nuevamente El Salvador integracionista de antaño.
ResponderBorrarEs muy cierto lo que menciona acerca del hecho que la gestión del actual ejecutivo coincidiera con la responsabilidad de la PPT salvadoreña no siempre es el mejor escenario debido al "divorcio entre la intención y la ejecución" así como lo establecido de que las "declaraciones y acuerdos" no se han dado de una forma tradicional. Me parece muy interesante este análisis y como ud logra afirma las nuevas oportunidades que impulsan al desarrollo especialmente con lo sucedido en el transcurso de este año con relación al COVID-19.
ResponderBorrarLa integración centroamericana se ha dado más que todo por separado, este es un caso de ello. Directa o indirectamente integral pero lo es. Sin embargo, se sigue viendo un estancamiento como región, porque la unión o acercamiento no es integración regional si se da solamente por ocasiones, y bilateralmente.
ResponderBorrarTal y como se afirma en la lectura, no es la manera tradicional de una integración, a pesar de ello, se están dando las relaciones entre los Gobiernos centroamericanos, las cuales están beneficiando en lo económico y en lo social.
ResponderBorrarSea o no la manera tradicional de integración entre países, se esta logrando poco a poco, y lo más importante es que es para beneficiar a ambas partes. Lo que El Salvador necesita es crear relaciones estrechas con los demás países centroamericanos para impulsar su desarrollo en las áreas más precarias.
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