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APUNTES SOBRE FEMINISMO.

UNA APROXIMACIÓN DESDE LA HISTORIA


Por Alejandra Anchetta


¿Qué significa para ti ser mujer? Realmente es bien difícil responder esta pregunta sin los estereotipos con los cuales hemos sido educados, porque fácilmente podrían decir que el término mujer es una persona de sexo femenino, es alguien frágil, cariñosa, educada, la cual tiene que aprender a cocinar, planchar, lavar para llegar a ser una esposa y una muy buena madre, la cual tiene que vestir apropiadamente para no provocar o ser juzgada por las demás personas. 

En la historia de la humanidad la mujer ha sido considerada menos que el hombre, pero con la fortaleza que nos determina, hemos demostrado que tenemos cualidades importantísimas y que si las complementamos con las cualidades de los hombres podemos hacer un gran equipo del cual surgen cosas extraordinarias.

¿Qué significa la justicia para las mujeres? -Una mujer en Kalangala, Uganda, describe las barreras que enfrenta para acceder a la justicia: “A veces, sufrimos graves agravios por otras personas, generalmente hombres. Los hombres nos golpean o abusan sexualmente de nosotras… Si intentas presentar un caso ante la estación de policía de Kalangala, ningún propietario de bote te permitirá utilizar ni su bote ni su motor para transportarte. Siempre protegen a sus prójimos ricos y poderosos. En cuyo caso, esto significa que debemos conseguir dinero para combustible y contratación de un bote y un motor. Al final, simplemente te das por vencida y sufres en silencio.

El feminismo lleva tres siglos alzando la voz (ya sea como movimiento social o como teoría política) y muchos de los logros conseguidos hacen que hoy podamos votar, estudiar o trabajar fuera de casa.

Ser feminista no significa que pensemos que las mujeres merecemos derechos especiales; significa que sabemos que merecemos los mismos. Defender la igualdad no implica menospreciar o castigar a los hombres. El feminismo no habla de superioridad, ni discrimina al otro género, simplemente combate las desigualdades que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo. No se lucha por ser “más”, se lucha por ser igual.

Gracias al movimiento feminista se ha logrado el empoderamiento económico de las mujeres el cual ha sido el resultado de reformas progresivas de las leyes, que con el tiempo han llegado a prohibir todo tipo de prácticas discriminadoras, garantizar la igualdad salarial, otorgar licencias de maternidad y paternidad y disponer de medidas de protección contra el acoso sexual en el lugar de trabajo. Los sistemas de justicia que son efectivos pueden convertirse en mecanismos vitales para el respeto de los derechos de las mujeres, ya que pueden facilitar la rendición de cuentas, frenan el abuso de poder y crean nuevas normas.

Concepto e historia 

El feminismo es un movimiento social que exige la igualdad de derechos de las mujeres frente a los hombres. Se constituye como una corriente de pensamiento que aglutina un conjunto de movimientos e ideologías, tanto políticas como culturales y económicas, con el objetivo fundamental de lograr la igualdad de género y la transformación de las relaciones de poder entre hombres y mujeres en las sociedades tradicionalmente machistas o patriarcales. 

Algunas autoras ubican los inicios del feminismo a fines del siglo XIII, cuando Guillermine de Bohemia planteó crear una iglesia de mujeres. Otras rescatan como parte de la lucha feminista a las predicadoras y brujas, pero es recién a mediados del siglo XIX cuando comienza una lucha organizada y colectiva. Las mujeres participaron en los grandes acontecimientos históricos de los últimos siglos como el Renacimiento, la Revolución Francesa y las revoluciones socialistas, pero en forma subordinada. Es a partir del sufragismo cuando reivindican su autonomía.

Los primeros movimientos que marcaron la historia feminista se dividieron en 4 olas:

La primera ola. El feminismo ilustrado y la Revolución Francesa 

En un pensamiento políticamente ilustrado, el feminismo es un discurso de la igualdad que articula la polémica en torno a esta categoría política. Amelia Valcárcel afirma que el feminismo tiene su nacimiento en la Ilustración porque como resultado de la polémica ilustrada sobre la igualdad y diferencia entre los sexos, nace un nuevo discurso crítico que utiliza las categorías universales de su filosofía política, pero de ello no cabe deducir que la Ilustración sea feminista.

La Revolución Francesa (1789) planteó como objetivo central la consecución de la igualdad jurídica y de las libertades y derechos políticos, pero pronto surgió la gran contradicción que marcó la lucha del primer feminismo: las libertades, los derechos y la igualdad jurídica que habían sido las grandes conquistas de las revoluciones liberales no afectaron a la mujer

Olimpia de Gouges, en su “Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana” (1791), afirma que los “derechos naturales de la mujer están limitados por la tiranía del hombre, situación que debe ser reformada según las leyes de la naturaleza y la razón” (por lo que fue guillotinada por el propio gobierno de Robespierre, al que adhería).

En 1792 Mary Wollstonecraft escribe la “Vindicación de los derechos de la mujer”, planteando demandas inusitadas para la época: igualdad de derechos civiles, políticos, laborales y educativos, y derecho al divorcio como libre decisión de las partes.

En el s. XIX, Flora Tristán vincula las reivindicaciones de la mujer con las luchas obreras. Publica en 1842 La Unión Obrera, donde presenta el primer proyecto de una Internacional de trabajadores, y expresa “la mujer es la proletaria del proletariado; hasta el más oprimido de los hombres quiere oprimir a otro ser: su mujer”. 

La segunda ola. El feminismo liberal sufragista. 

En Estados Unidos las mujeres lucharon por la independencia de su país junto a los hombres y posteriormente se unieron a la causa de los esclavos. Cada vez en mayor medida las mujeres empezaron a ocuparse de cuestiones políticas y sociales.

En el Congreso Antiesclavista Mundial celebrado en Londres en 1840, el Congreso rehusó reconocer como delegadas a cuatro mujeres y en 1848 en una convención se aprobó la Declaración de Séneca Falls, uno de los textos básicos del sufragismo americano. La declaración consta de doce decisiones e incluye dos grandes apartados: de un lado, las exigencias para alcanzar la ciudadanía civil para las mujeres y de otro los principios que deben modificar las costumbres y la moral. 

El sufragismo tenía dos objetivos: el derecho al voto y los derechos educativos y ambos marcharon a la par apoyándose mutuamente. El costoso acceso a la educación tenía relación directa con los derechos políticos ya que a medida que la formación de algunas mujeres avanzaba, se hacía más difícil negar el derecho al voto. 

El movimiento sufragista era de carácter interclasista ya que consideraban que todas las mujeres sufrían por el hecho de ser mujeres, independientemente de su clase social, discriminaciones semejantes.

El movimiento sufragista en Inglaterra surgió en 1951 e intentaron seguir procedimientos democráticos en la consecución de sus objetivos durante casi cuarenta años. Las sufragistas inglesas consiguieron tener como aliado a John Stuart Mill, que presentó la primera petición a favor del voto femenino en el Parlamento y fue una referencia para pensar la ciudadanía no excluyente.

En España el feminismo llegó más tarde. Instaurada la república en 1914, se aprueba el artículo 34 de la Constitución, que reconoce el derecho de las mujeres al voto. En 1920 existían varias asociaciones feministas de diferente signo y sus temas prioritarios eran la educación de las mujeres, la reforma del Código y el derecho al voto.

Las feministas de esta primera época plantearon también el derecho al libre acceso a los estudios superiores y a todas las profesiones, la igualdad de derechos civiles, compartir la patria potestad de los hijos, denunciaban que el marido fuera el administrador de los bienes conyugales, pedían igual salario para igual trabajo.

Todos estos objetivos se centraron en el derecho al voto, que parecía la llave para conseguir los demás. Las feministas del siglo XIX y principios del XX pusieron énfasis en los aspectos igualitarios y en el respeto a los valores democráticos. Era un movimiento basado en los principios liberales.

La tercera ola. El feminismo sesentayochista.

Llegó en la década del sesenta y hay distintas opiniones respecto a su finalización. Mientras que algunos sostienen que sigue vigente, otros afirman que finalizó en los años ochenta. Es en esta “Tercera Ola Feminista” cuando aparece el feminismo radical y el feminismo liberal.

Tal como rememoró Nuria Varela, “para las radicales, no se trata solo de ganar el espacio público (igualdad en el trabajo, la educación o los derechos civiles y políticos), sino que es necesario transformar el espacio privado”. “Lo personal es político” emergió como un eslogan que perduraría insistentemente en los reclamos feministas y que involucran a “las relaciones de poder que estructuran la familia y la sexualidad”.

En este movimiento fueron fundamentales los anticonceptivos, porque le otorgaron el poder del control de la natalidad (y la liberación del goce sexual, no atado a la reproducción) y el divorcio se hizo ley en muchos países. Ecofeminismo, feminismo institucional, feminismo de la diferencia y posfeminismo son corrientes que aparecen aquí. Es en este momento, además, cuando se realizan grandes protestas en las calles, así como también se multiplican los espacios de organización.

La cuarta ola. El feminismo después de los ochenta. 

En la década de los ochenta apareció una formación conservadora reactiva que intentó relegar al movimiento feminista. Mientras que en algunos países se intentó crear organismos de igualdad para que construyeran un modelo femenino conservador, en otros, por su muy distinto signo político, el pequeño feminismo presente en los poderes públicos reclamó la visibilidad mediante el sistema de cuotas y la paridad por medio de la discriminación positiva. 

Siguió patente que el poder, autoridad y prestigio seguía en manos masculinas, existía un “techo de cristal” en todas las escalas jerárquicas y organizacionales, por lo que el tema de la visibilidad se convirtió en objetivo y el sistema de cuotas fue la herramienta que permitía a las mujeres asegurar presencia y visibilidad en todos los tramos en lo público. 

Esta “Cuarta Ola Feminista” visibilizó la crisis de cuidados y puso de relieve cómo la distribución de tareas sigue siendo desigual. Fue aquí también que se dio el Primer Paro Internacional de Mujeres, el 8 de marzo de 2017. “Si algo caracteriza a esta cuarta ola es que por primera vez en la historia del feminismo se ha hecho global”, aseguró Varela.

#AHORAESELMOMENTO 

La infatigable labor de las activistas ha sido decisiva para este ímpetu mundial. Las mujeres de todo el mundo continúan demostrando el poder que tienen muchas voces que se expresan al unísono. En conjunto necesitamos brindar oportunidades y rendir cuentas, afirmándonos en el impulso proveniente de las redes de base comunitaria y forjando coaliciones que incluyan a líderes de gobierno, del ámbito empresarial y de las instituciones civiles. 


Foto de cottonbro en Pexels

Comentarios

  1. Me gustó mucho este aporte, es necesario entender el verdadero sentido del movimiento feminista y no hay mejor forma que por medio de la historia. Considero de gran relevancia la parte siguiente: "Ser feminista no significa que pensemos que las mujeres merecemos derechos especiales; significa que sabemos que merecemos los mismos. Defender la igualdad no implica menospreciar o castigar a los hombres" siento que comúnmente las mujeres y los hombres tienden a olvidar que la verdadera esencia es buscar la igualdad.

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  2. Un aporte muy enriquecedor. Muchas personas no conocen a profundidad que es o en que consiste el movimiento feminista, con este aporte se puede comprender mucho más por medio de la historia. Como bien es mencionado, el movimiento feminista o ser feminista en si no es solo decir que las mujeres merecen "los mismos derechos". no se trata de ver de menos a los hombres y poner los intereses de las mujeres por encima, sino que se trata de llegar a buscar igualdad. Increíble aporte!

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