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Por César Edgardo Martínez Flores

Joe Biden ha sido electo el 46 Presidente de los Estados Unidos de América, en unas elecciones que se caracterizaron por las denuncias adelantadas de fraude y un cambio en las tendencias de voto de estados tradicionalmente republicanos que se convirtieron en demócratas.


Voy a prescindir de hacer un repaso de hechos recientes sobre cómo se desarrollaron estas elecciones. De hecho, acá en el Blog, nuestra primera charla en el Ciclo de Conferencias precisamente se enfocó en las elecciones en los Estados Unidos de América.


Más bien, deseo centrar y llamar su atención en la política exterior de El Salvador hacia los Estados Unidos de América con el cambio de administración y sugerir, a partir de datos y declaraciones, algunas acciones que deben ponderar los tomadores de decisión en la elaboración de la política pública de política exterior.


Permítanme en primer lugar definir algunos conceptos que pueden servirnos de base para este escrito.


El Trumpismo no es el Reaganismo. De hecho la comparación es fuera de lugar y hasta roza con la ignorancia, pero lo quiero dejar en claro para que no se confunda la ideología republicana y sus diferentes énfasis y valores con lo que ha ocurrido en los pasados cuatro años en Estados Unidos.


En segundo lugar, el Trumpismo desatendió la política exterior para atender la política interna, en algunos aspectos, y eso explica la cantidad de votos recibidos en esta elección. Pero esta afirmación no debe llevarnos a inferir automáticamente que Biden enfocará sus baterías en el exterior. Él sabe que hay “espacios” por llenar en el escenario internacional pero lo hará a su tiempo.


La ansiedad latinoamericana, incluida la de algunos sectores políticos y económicos en el país, reclamando “una mayor presencia y atención a los problemas de la región” no cambiará en lo más mínimo ni acelerará el plan que Biden y su círculo más estrecho ya tienen elaborado en materia de política exterior.


En tercer lugar, en lo que al tema migratorio respecta, la administración Obama-Biden (2009-2016) fue etiquetada como la que más migrantes deportó en la historia; en tanto que Trump ha deportado menos, pero ojo con dos elementos.


El primero es que ha deportado menos porque su estrategia fue que Centroamérica y México detuvieran más migrantes a cambio de apoyo en inversión, desarrollo y seguridad; y segundo, las deportaciones en la gestión Trump fueron menos pero se hicieron violando todas las convenciones internacionales  en materia de derechos humanos y las normas esenciales de humanidad.


Con este marco referencial, atrevámonos entonces a reflexionar cuáles son las avenidas por las cuales debe transitar la política exterior salvadoreña ante el cambio de administración presidencial en los Estados Unidos.


El Salvador- Estados Unidos

Lo primero que hemos observado en declaraciones y acciones es que la política exterior de El Salvador hacia los Estados Unidos de América gira en torno a  tres ejes: migración, seguridad e inversiones.


El presidente electo Joe Biden, en un reciente ensayo publicado en la revista Foreign Affairs titulado “Why America must lead again” al referirse a la región y particularmente a El Salvador expresa lo siguiente: 


As vice president, I secured bipartisan support for a $750 million aid program to back up commitments from the leaders of El Salvador, Guatemala, and Honduras to take on the corruption, violence, and endemic poverty driving people to leave their homes there. Security improved and migration flows began to decrease in countries such as El Salvador. As president, I will build on that initiative with a comprehensive four-year, $4 billion regional strategy that requires countries to contribute their own resources and undertake significant, concrete, verifiable reforms.


(Traducción no oficial: Como vicepresidente, obtuve el apoyo bipartidista para un programa de ayuda de $ 750 millones para respaldar los compromisos de los líderes de El Salvador, Guatemala y Honduras para enfrentar la corrupción, la violencia y la pobreza endémica que impulsa a las personas a abandonar sus hogares allí. La seguridad mejoró y los flujos migratorios comenzaron a disminuir en países como El Salvador. Como presidente, aprovecharé esa iniciativa con una estrategia regional integral de cuatro años y $4 mil millones que requiere que los países contribuyan con sus propios recursos y emprendan reformas significativas, concretas y verificables.)


La corrupción, la violencia y la pobreza endémica como causas que obligan a la migración irregular son áreas en las cuales el Presidente electo ha manifestado por escrito que intenta trabajar con la región.


En ese sentido hay una coincidencia de temas con la política exterior salvadoreña que se ejecuta actualmente hacia los Estados Unidos y por lo tanto un gran avance porque las agenda no deben armonizarse. Ya están alineadas en estos tres pilares: migración, seguridad (incluido el combate a la corrupción) e inversión (para generar los trabajos tan necesarios para enfrentar la pobreza endémica).


La mayor tajada del pastel de los 4 mil millones de dólares la recibirá el país que, como claramente lo ha dicho el Presidente electo “contribuyan con sus propios recursos y emprendan reformas significativas, concretas y verificables”.


Pero conviene ver esto con perspectiva. En el anuncio de los 4 mil millones de dólares no hay un cambio en la política exterior hacia la región y hacia el país. Es la misma política exterior en materia migratoria: detengan los flujos migratorios irregulares y les seguiremos apoyando aunque deberán en esta administración aportar sus propios recursos y emprender “reformas”.


El otro aspecto que conviene que los formuladores de la política exterior salvadoreña vean con perspectiva es que el sistema migratorio estadounidense está roto y su eventual “reparación”, que pasa por un complejo proceso legal, no es viable pues Biden tendrá una débil mayoría en el Congreso y una clara minoría en el Senado.


Por lo tanto apostar por una reforma migratoria integral denota desconocimiento y es una apuesta perdedora. Quizá la medida paliativa más evidente e inmediata que presenciaremos será una especie de amnistía temporal, en el formato de un TPS, u otros programas como DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals program), sobre todo cuando un Juez Federal de Nueva York ha dictaminado que el nombramiento de Chad Wolf como Secretario del Departamento de Seguridad Interna (DHS) fue ilegal y por lo tanto lo son todas sus acciones, incluida la suspensión de DACA.


Previo a las elecciones el debate nacional se centró en determinar cuál administración nos conviene como país, si una republicana o una demócrata. Me parece que esa discusión es infructuosa.


Lo que nos conviene es evaluar si como país estamos listos para adaptarnos a lo que hay y hoy que ya sabemos quién es el Presidente electo, evaluar si estamos listos para adaptarnos a trabajar con una administración demócrata.


Me parece que los astros se alinean a nuestro favor y es claro que hay una coincidencia en la agenda temática. Resta esperar que el equipo al cual se le asigne esta tarea esté a la altura de las demandas de nuestra política exterior y el interés nacional.


Fotografía por Andrew Neel en Pexels

https://www.pexels.com/es-es/foto/cartel-internet-estados-unidos-de-america-estados-unidos-5821295/


(*) El autor es Director Editor del Blog Reflexiones Internacionales


Comentarios

  1. Muy interesante reflexión, es tan ventajoso coincidir los puntos bases de nuestra política exterior a los nuevos planes del presidente electo. Es importante reconocer que independientemente de la persona que ganara, nosotros siempre nos decantaremos a la posición que más nos beneficie. Por el momento, esos 4 mil millones representan un camino hacia el progreso, solo queda esperar las nuevas medidas a tomar.

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  2. Muchas gracias por estas reflexiones, llevarnos por el sendero de una realidad inevitable que tanto demócratas cómo republicanos nos pondrán más atención en la medida que El Salvador ejecute más políticas y disponga de más recursos para palear los problemas que nos afectan y que afectan EEUU, cómo la migración, corrupción y ser poco atractivos para la IED. Muy bueno César 👌

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    1. Nos alegra su comentario. De lo que se trata en este blog es de generar conocimiento mediante la reflexión en medio de una tristemente sociedad cada vez más polarizada. Creemos que el debate sobre USA debemos reenfocarlo al interés nacional, el cual sobrepasa la coyuntura de una administración gubernamental en particular. Muchas gracias y le animamos a suscribirse al blog o seguirnos en redes sociales

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