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¿Cualquiera puede ser Embajador?
La importancia de las relaciones internacionales en Centroamérica
Centroamérica es uno de los sectores más necesitados e ignorados de América Latina. Dentro de este yacen Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá; países mayormente en vías de desarrollo, con sistemas de educación deficientes y algunos incluso con democracias frágiles.
Cada uno de estos países se independizó el 15 de septiembre de 1821 y tras intentar ser una federación y vivir bajo ese régimen, cada nación se enfocó en ser una democracia plena por medio de repúblicas presidencialistas, a excepción de Belice.
Sin embargo, aunque en la actualidad Centroamérica no sea totalmente democrática no deja de lado la necesidad de relacionarse en el sistema internacionales con otros Estados, organismos o multinacionales.
Puesto que es innegable la interdependencia forjada en las últimas décadas con la globalización que incluso ha ido diversificando los actores de la sociedad internacional.
La necesidad de relacionarse, crear alianzas o integraciones puede surgir por intereses de todo tipo, ya sea económicos, políticos o tecnológicos. No obstante, para poder crear acuerdos, negociaciones, alianzas o proyectos de cooperación se necesita de personas que sean capaces de representar a su Estado y relacionarse con otros actores.
En este punto entran las relaciones internacionales, una disciplina académica que estudia el entorno político, económico y jurídico internacional, así como, el papel de los Estados, organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales y empresas multinacionales.
El surgimiento de las relaciones internacionales se remonta tras la paz de Westfalia en 1648 con el Estado moderno y la noción de la soberanía nacional, tratado que puso fin a la guerra de los treinta años e impulsó la construcción de los Estados Nación independientes a través de la diplomacia.
Este evento inició lo que en 1919 se materializaría académicamente en cátedras de relaciones internacionales, con el fin de formar los diplomáticos de la Sociedad de Naciones, tras la Primera Guerra Mundial para detener cualquier futuro enfrentamiento armado; debido al nuevo enfoque antiguerras que el sistema internacional estaba configurando en esta época.
Marcando con ello la necesidad de tener personas capaces de negociar en nombre de una nación, aconsejar autoridades, proponer estrategias, analizar los acontecimientos globales para prever posibles escenarios según demande la situación.
Ahora bien, retomando la independencia de Centroamérica y el hecho que son mayormente repúblicas presidencialistas, en las que podemos destacar que el sufragio es uno de sus múltiples beneficios, uno de los máximos exponentes de la democracia y la libertad.
El sufragio brinda al ciudadano su derecho de elegir a sus representantes y algunas autoridades o funcionarios públicos. Lo lógico en este caso debería ser que los ciudadanos seleccionarán la mejor candidatura, conocer su preparación, experiencia o propuestas.
Lamentablemente, la mayoría de los ciudadanos tienden a preferir la desinformación, eligiendo caras bonitas y currículos vacíos para seleccionar a sus representantes. Representantes que a su vez se encargan de designar otros puestos dentro del gobierno haciendo un uso inadecuado de su poder continuando así con esta cadena de mediocridad y nepotismo.
Ya sea por favores, influencias u otro tipo de interés individual se van designando a personas poco o no capacitadas para ejercer todo tipo de rol dentro del Estado. Lo cual se traduce en políticas mal enfocadas o no priorizadas, niveles bajos de desarrollo y población sin interés de participar políticamente.
Aunque estas son consecuencias que se manifiestan desde el interior del Estado, también se reflejan en el exterior por medio de las personas que designan a la tarea de gestionar las relaciones exteriores, las consecuencias van en cadena.
Al no estar preparada una persona por muy buenas intenciones que tenga en ejercer su puesto, lastimosamente cometerá múltiples errores y en gran medida muchos de ellos por confusiones o malas gestiones que pudieron ser evitadas.
Aunque el solo relacionarse parezca una tarea simple que amerita únicamente de socialización y ceremonias elegantes, la realidad es totalmente diferente. Se requiere tener conocimiento de conceptos muy propios de política, etiqueta, protocolo, diplomacia, ciencias jurídicas, sociología y economía para poder ejercer la función exitosamente proyectando la imagen correcta.
El problema de no parar esta paupérrima forma de ejercer las relaciones exteriores en Centroamérica va aunada al estancamiento que seguirán sufriendo estos Estados, puesto que detrás de una mala política exterior se encuentra una pésima política pública que no ayudará a sus pobladores, ni permitirá conseguir sus objetivos ya sean gubernamentales o estatales.
En vista que Centroamérica es una región con altos índices de corrupción, con pobreza interna y poco desarrollo humano, es necesario darles la debida importancia a las relaciones exteriores que pueden fomentar inversiones, proyectos sociales, transmisión de información y tecnología por medio de los movimientos adecuados en el momento preciso con los actores correctos sin poner en riesgo los intereses nacionales que cada Estado de América Central tiene.
Como una de las opciones más eficaces para solventar el problema de raíz se debe educar a la ciudadanía y asegurar que personas competentes en materia están ejerciendo sus labores dentro de los órganos correspondientes para maximizar y explotar en lo posible el potencial que tiene la región en conjunto e individualmente sus Estados parte para desarrollarse.
De esta forma se pueden evitar bochornos, malentendidos y conflictos en foros internacionales, cumbres, reuniones, negociaciones o bilateralmente con otros actores de la sociedad internacional que desemboquen en una opinión pública negativa sobre la región por mala gestión o comportamientos inadecuados a falta de conocimiento y preparación.
De esta forma podemos confirmar que no cualquier persona puede ser embajador o ejercer en el ámbito público tanto nacional como internacional sin la preparación adecuada, puesto que compromete el desenvolvimiento de un Estado en el sistema internacional, la imagen que proyecta y la credibilidad que este tiene.
Y por todo lo contrario, dentro de la región centroamericana debería de impulsarse el ejercicio de roles según su preparación académica, asegurando el manejo adecuado de los asuntos exteriores para tener un avance continuo entre otros actores.
Muy actual! Ademas de toda la prepacion en el ambito internacional, es necesario un minimo conocimiento de cómo funciona la cancilleria y tener lineas claras en politica exterior de un pais! Los idiomas no se deben olvidar!
ResponderBorrarMuchas gracias, concuerdo totalmente con usted. Los idiomas y el conocimiento tanto de la política exterior como el funcionamiento interno de cancillería es esencial para cualquier diplomático de carrera.
BorrarMuy buen artículo. Me encanta ver jóvenes opinando con asertividad y valentía sobre asuntos que conciernen a toda la sociedad. Jóvenes profesionales como Raquel Elizabeth son un certero signo de esperanza a una política exterior consistente y comprometida con altos valores. Felicidades!!
ResponderBorrarMuchas gracias. Poco a poco debemos fomentar el pensamiento crítico y el análisis político en nuestra sociedad, así veremos avances en nuestro país, desde adentro hacia afuera.
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