LA PARADOJA DE EL SALVADOR EN MALÍ Por Luis Mario Labor Torres (*) « Quisiera en este momento, mientras agradezco al pueblo de Malí su apoyo a lo largo de estos años y la calidez de su afecto, comunicarles mi decisión de dejar mis funciones, todas mis funciones, a partir de este momento. Y con todas las consecuencias legales: la disolución de la Asamblea Nacional y la del gobierno » Eran las palabras con que Ibrahim Boubacar Keita, presidente de Malí, anunciaba su dimisión tras un Golpe de Estado en agosto. El derrocamiento, aplaudido en el interior, pero condenado internacionalmente, no obtuvo pronunciamiento de El Salvador pese a entablar relaciones diplomáticas con el país del Occidente de África en 2014. Esto podría suponer, quizás, un grave descuido o, incluso, una respuesta tácita. Tales opciones no encuentran lugar, sin embargo, al considerarse que El Salvador mantiene a su contingente militar de mayor envergadura en la MINUSMA (Misión Multidimensional de Naciones Unida