Blog 003

EL GRAN RETO DE AMÉRICA LATINA CON RESPECTO AL ACUERDO DE PARÍS SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO

Por Melanie Andrea Canales Araujo

Inicia nuestra cuenta regresiva, si muere el último árbol, la existencia humana se vuelve irrevocable.

Como sociedad somos los principales causantes de la destrucción del medio ambiente que conlleva a un drástico cambio climático, estamos conscientes que este fenómeno es dinámico y nunca permanece estable, permitiendo con ello la aceleración de la contaminación; como humanidad estamos a un paso de cesar con la actividad humana.

América Latina es una región vulnerable ante este fenómeno; aunque probablemente algunos cambios no se pueden identificar tan fácilmente y muchos hasta ignoran el hecho de la presencia del cambio climático y de las consecuencias que ocasiona la variación del clima y el efecto invernadero.

Al ser el cambio climático una problemática transfronteriza, ha llevado a la comunidad internacional a darle una visión global a esta iniciativa para afrontar este fenómeno.

El Acuerdo de París sobre el cambio climático, es precisamente un acuerdo que dispone de medidas para que se puedan reducir las emisiones de gases, por medio del efecto invernadero, de un modo que no comprometa la producción de alimentos.

Además, se pretende fortalecer la resiliencia y reducir la vulnerabilidad de la temperatura global, e instituir medidas para poseer un periodo de adaptación, es decir, reducir los riesgos climáticos como aumentar la resiliencia climática en sistemas sociales, naturales y económicos.

A diferencia del Protocolo de Kyoto, el Acuerdo de París sobre el cambio climático no es vinculante, por lo que los países no están obligados a cumplir todas sus disposiciones.

A partir de eso, surge la interrogante ¿Será, para América Latina una ardua labor cumplir con un acuerdo que carece de obligatoriedad?

Uno de los grandes obstáculos, es que algunos países de Latinoamérica son economías en vías de desarrollo y que, por lo tanto, disponen de pocos o limitados recursos financieros, lo que lleva a que los países no tengan la capacidad de ejecutar acciones por sí solos, limitando así, el compromiso contraído con el Acuerdo de París sobre el cambio climático.

De la misma forma, otra gran limitante es, cuando se trata de un tema de medio ambiente, no muchos Estados están dispuestos a considerarlo de primera necesidad y dedicar recursos para las medidas para solucionar los problemas que genera el cambio climático.

A pesar de que el acuerdo de París es más ambicioso que acuerdos anteriores para luchar contra los efectos del cambio climático, no se trata únicamente de esperar a que los países “hagan esfuerzos” para hacerle frente a este fenómeno, es importante el carácter de universalidad, además, de que sea concebido como un tratado internacional jurídicamente vinculante.

Si apelamos a un ejemplo, Brasil, en donde se encuentra una de las mayores reservas de biodiversidad, con la llegada de Jair Bolsonaro al poder, se pretende modificar su política medio ambiental, alegando que por ahora mantendrá su participación en el Acuerdo de París, en donde solo pretende implementar medidas que resulten beneficiosas para el país, en términos financieros.

Con respecto a lo anterior, es curioso que Bolsonaro se muestre escéptico ante el cambio climático, misma actitud que demuestra su homólogo Donald Trump, quien afirma que el cambio climático no existe. Pero para Brasil, resulta importante comprometerse con las medidas medioambientales, ya que geográficamente ubica uno de los más grandes pulmones del mundo por lo que su responsable aplicación debe ser adoptada.

Por todo esto, viene a lugar mencionar que la política exterior de Brasil, con Bolsonaro, pretende unificar más los vínculos con Estados Unidos, lo que significaría que está optando un comportamiento ad hoc, obteniendo la aprobación de una gran potencia.

Desde luego, es válido mencionar que, si un Acuerdo Internacional, no es jurídicamente vinculante no hay forma que las partes contraigan obligaciones, y así como el caso de Brasil, se pueden adaptar, cuando considere necesario, únicamente medidas que favorezcan económicamente al país o retirarse del acuerdo si lo considera conveniente.

Es por ello, que coincido con la existencia de un acuerdo en donde los Estados contraigan obligaciones, en ocasiones la buena fe queda en el aire, y por lo tanto el Acuerdo se vuelve casi inexistente.

El Acuerdo de París no contempla sanciones. Durante años, se han llevado a cabo negociaciones para lograr un acuerdo mundial sobre cambio climático se han atascado, precisamente, por la fuerza legal del acuerdo.

Concretizando, los gobiernos América latina y sus poblaciones tienen la valiosa tarea de mejorar la capacidad de adaptación, cambiar prioridades para que los efectos no sean severos, porque están en riesgo las pequeñas y grandes economías, los recursos de los países afectados, las poblaciones vulnerables.

Sin embargo, puede resultar difícil enfrentar este nuevo reto, ya que la vida cotidiana de las personas está definida y pocas veces es variante, esto requiere implementar modelos de vida más responsables, además de un modelo de concientización.

Es por esto por lo que el acuerdo de París sobre el cambio climático marcó un importante hecho, ahora depende de todos los Estados, todas las empresas y todas las personas realizar acciones climáticas que sean rápidas y ambiciosas.

Hay un acuerdo universal ahora, pero el verdadero reto es ver cómo los países de América Latina van a llevar a cabo las reducciones a las que se han comprometido y entonces incrementar sus ambiciones.

Un tema como el medio ambiente, debe ser comprometido bajo un acuerdo internacional jurídicamente vinculante para lograr el pleno cumplimiento de los Estados.

Por ello, ante un inminente deterioro de las condiciones climáticas y la ausencia de interés en el pleno cumplimiento del acuerdo, es necesario que como internacionalistas seamos más activos, crear proyectos que, de conformidad con el Acuerdo de Paris sobre el cambio climático, busquen mejorar las condiciones de vida de la sociedad civil.

Es evidente, que no basta con los esfuerzos realizados por el gobierno central, es necesario que, siendo el cambio climático un problema transfronterizo, nos involucremos, coordinemos programas de cooperación, centros de investigación que contribuya a que cada Estado que ha ratificado el Acuerdo de Paris sobre el cambio climático, cumpla las disposiciones sin que exista la necesidad de sentirse obligados.

Primero hay que entender el problema, si no lo entendemos nuestras acciones no nos llevaran a buscar soluciones efectivas.

(Fotografía inicial de uso libre en Pexels.com